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Dal quotidiano “El Pais”: Vox tensiona al PP al negar que exista la violencia machista

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El número dos de los ultras en Valencia: “La violencia de género no existe” Feijóo dice que no dará “un paso atrás” pero sus pactos asumen el discurso de Vox Habrá alcaldes del PP en 30 de las 50 capitales de provincia, Ceuta y Melilla
JAVIER CASQUEIRO, · 17 Giu 2023

El ultra valenciano José María Llanos: “La violencia de género no existe” Mazón replica: “Violencia de género o machista, sin ninguna duda”
Las contradicciones de los pactos entre PP y Vox para gobernar la Comunidad Valenciana estallaron ayer con la declaración del partido ultra de que no cree que exista la violencia machista. José María Llanos, número dos en Valencia y candidato a presidir las Cortes, declaró: “No existe la violencia de género”, concepto que está ausente del acuerdo firmado entre los dos partidos. La dirección del PP salió en tromba a rebatirlo: Alberto Núñez Feijóo dijo que no dará “ni un paso atrás” en la lucha contra el maltrato. “Cueste lo que nos cueste”, añadió el líder del PP. El pacto programático para la Comunidad Valenciana se refiere a la “violencia intrafamiliar, en especial la que sufren mujeres y niños, garantizando la igualdad entre todas las víctimas”, terminología propia de Vox que asumieron los populares.
Esta discrepancia no impidió que los dos partidos culminaran sus negociaciones para facilitar que hoy, cuando se constituyan los ayuntamientos, la mayor parte del poder municipal quede en manos de la derecha. El PP gobernará en 30 de las 50 capitales de provincia, además de Ceuta y Melilla. En al menos cinco de ellas lo hará en coalición con Vox: Valladolid, Burgos, Toledo, Guadalajara y Ciudad Real.
pacto exprés entre el PP y Vox para gobernar juntos la Comunidad Valenciana, anunciado el pasado martes entre elogios de ambos partidos, ha dado paso en cuestión de días al tormento de una relación imprevisible, que estalló ayer por los puntos de partida de populares y extrema derecha ante una cuestión capital: la lucha contra la violencia machista. Vox no cree que exista la “violencia de género”, como volvió a expresar ayer José María Llanos, número dos en Valencia y candidato a presidir las Cortes valencianas. La cúpula de Vox, con su líder, Santiago Abascal, le respaldó sin fisuras. Y la dirección nacional del PP ha salido en tromba a replicar que la violencia machista existe y que el partido de Alberto Núñez Feijóo no dará “ni un paso atrás” en esa política: “Cueste lo que nos cueste”. Al mismo tiempo que la polémica se recrudecía ambos partidos, sin embargo, negociaban pactos de gobierno en varias capitales de provincia, ante la constitución de los ayuntamientos que se producirá hoy sábado.
La cúpula del PP intentó, en un primer momento, disolver la creciente polémica en un debate terminológico sobre el machismo, pero acabó precipitando la respuesta de sus máximos responsables para asegurar que no permitirán ni en Valencia ni en otras partes de España un retroceso en la lucha contra la violencia ejercida contra las mujeres, al tiempo que dirigentes locales firmaban acuerdos con Vox para gobernar en decenas de ayuntamientos.
En la medida 43 del acuerdo programático ampliado que firmaron el lunes PP y Vox en Valencia figura literalmente: “Defenderemos los derechos de las familias y promoveremos políticas que perseguirán erradicar la violencia intrafamiliar, en especial las que sufren mujeres y niños, garantizando la igualdad entre todas las víctimas”. El PP asumía así de entrada una terminología propia de Vox, que ese partido expresa durante sus intervenciones en las Cortes, pero que no es la de la mayoría de las formaciones del Congreso, tampoco la del PP desde hace años, y que se contrapone a las definiciones marcadas sobre ese concepto por Naciones Unidas y numerosos organismos internacionales.
El número dos de Vox en Valencia, José María Llanos, defendió ayer, sin embargo: “La violencia de género no existe, la violencia machista no existe”. El PP barajó en un primer instante la posibilidad de ignorar esas expresiones y superar la polémica por la vía de limitarlas a una discusión casi semántica. Pero el escándalo no solo no amainó sino que amenazó con destrozar
su estrategia de presentarse como una partido moderado, transversal, que persigue ocupar un amplio espectro ideológico en el centro del panorama político del país. Y todo eso a apenas 35 días de las elecciones del 23-J. En el PSOE se empezaron a frotar las manos por primera vez en mucho tiempo.
Al final, hasta el líder, Alberto Núñez Feijóo, tuvo que publicar un tuit para aclarar las posiciones: “La violencia de género existe y cada asesinato de una mujer nos conmociona como sociedad. Desde el Partido Popular no daremos ni un paso atrás en la lucha contra esta lacra. No vamos a renunciar a nuestros principios, cueste lo que nos cueste”.
Marcado así el camino, lo siguieron ya prácticamente todos. Cuca Gamarra, la número dos y secretaria general: “La violencia de género existe. En el Partido Popular desde todas las instituciones no pararemos de luchar contra ella, con todos los medios a nuestro alcance. Con esta lacra ni se juega ni se negocia”. El propio Carlos Mazón, candidato a presidir la Comunidad Valencia y que firmó el lunes el pacto con Vox: “Violencia de género o violencia machista. Sin ninguna duda”. Guion que siguieron el portavoz Borja Sémper, la candidata al Congreso por Ciudad Real, Carmen Fúnez y otros dirigentes y altos cargos de la formación conservadora.
Algún dirigente del PP, como Miguel Tellado, vicesecretario de Organización, aprovechó para intentar replicar los ataques que los populares empezaron a recibir en aluvión de los partidos del Gobierno y de la propia vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, que fue de las primeras que le recordó a Feijóo que pactar con partidos de extrema derecha tiene esos riesgos de dar pasos atrás en derechos adquiridos. Tellado replicó duro y enseñó otra pauta de contraataque: “Lo que es un paso atrás y una vergüenza es poner a violadores y pederastas en la calle, tardar seis meses en cambiar la ley que lo permite, reírse de las víctimas, y que nadie haya dimitido por ello. Y todo eso también es culpa suya, señora Díaz. Lecciones ninguna”.
El que no entró directamente en la refriega sobre la violencia machista fue el líder de Vox, Santiago Abascal, que prefirió optar por avalar en genérico el pacto valenciano y lanzar unos cuantos mensajes a Feijóo y a las diferentes versiones del PP que observa en las negociaciones que proliferan entre los dos partidos por toda España. Abascal sí elogió la responsabilidad demostrada en Valencia por el líder regional de Vox, Carlos Flores, condenado por violencia machista, al renunciar a estar en ese gobierno regional —será candidato al Congreso por Valencia—, y también por el ahora promovido como vicepresidente y consejero de Cultura, Vicente Barrera: “Es fabuloso que un torero sirva para dar la puntilla al nefasto gobierno socialista en la Comunidad Valenciana”. El candidato ultra a las elecciones generales del 23-J confirmó que no ha tenido ningún contacto estos días con Feijóo y comentó que los negociadores son locales.
“El ejemplo de Castilla y León y el ejemplo de Valencia de gobierno de coalición es el ejemplo que quieren los españoles y que ofrece Vox”, señaló Abascal ayer en Informa Radio, la emisora de internet lanzada por Javier Negre y el exdiputado de Ciudadanos Marcos de Quinto.
El dirigente ultra dirigió su foco a presionar ante la fase final de negociaciones para constituir hoy ayuntamientos en toda España. Vox ha calculado que deben ser “decisivos” o determinantes por los votos recibidos en las elecciones locales del 28 de mayo en 135 municipios, aunque las estimaciones de EL PAÍS elevan esa cifra hasta casi 200 consistorios. Y Abascal quiso recordarle así al PP de Feijóo que no regalarán sus apoyos a cambio de nada, que no serán nunca su “coche escoba” y que no han venido para relevar a nadie si no para cambiar las políticas.
“El que quiera acuerdo con nosotros tendrá que sentarse, respetar a los votantes y en función de la fuerza que los votantes nos han dado, asumir una parte de nuestros postulados en un gobierno de coalición o la construcción de una alternativa”, volvió a insistir Abascal en una advertencia que lleva reiterando casi desde la noche electoral del 28-M. El líder de Vox incidió ahí en que la reclamación de reivindicar su papel y su fuerza no es por una cuestión de sillones sino para imponer una serie de postulados sobre su ideología donde tengan la suficiente fuerza “para favorecer los intereses de los ciudadanos y no para ponerles dificultades”.